Los metales pesados y otras toxinas cada vez amenazan más nuestra salud. Entre los metales pesados los más importantes en cuestión de salud son: mercurio, plomo, cadmio, níquel y zinc. Algunos elementos intermedios como el arsénico y el aluminio, muy relevantes desde el punto de vista toxicológico, se estudian habitualmente junto a los metales pesados.
Plomo
- En estudios recientes, se ha comprobado que hoy en día tenemos de 400 a 1000 veces más plomo en los huesos que hace 400 años. Esto tiene graves efectos en el cerebro y en la evolución mental de los niños, especialmente en la formación de la inteligencia. Entre muchos otros síntomas, la intoxicación por plomo provoca perturbación en la formación de la sangre y así leucemias y anemias, insuficiencias renales y enfermedades neurológicas.
Thomas Midgley, era un ingeniero que empezó a interesarse por las aplicaciones industriales de la química. En 1921 cando trabajaba para la General Motors, investigo un compuesto llamado plomo tetraetílico (con frecuencia llamado erróneamente tetraetilo de plomo) y descubrió que reducía de forma significativa el fenómeno de trepidación conocido como golpeteo de motor. Así que en 1923, tres grandes empresas estadounidenses (General Motors, Du Pont y Standard Oil de Nueva Jersey) crearon una empresa conjunta la “Ethyl Gasoline Corporation” con el fin de producir tanto plomo tetraetílico como el mundo estuviese dispuesta a comprar… que resulto ser muchísimo.
El plomo es neurotóxico, si se ingiere mucho, puede dañar el cerebro y el sistema nervioso de forma irreversible. Entre los síntomas de la exposición al plomo se cuentan la ceguera, el insomnio, la insuficiencia renal, el cáncer, la parálisis. Con poco, las alteraciones del sistema nervioso son múltiples.
Por supuesto este mineral deprime, además, el sistema inmunológico de las personas. En los primeros años del siglo XX, el plomo, aunque se sabía de su peligrosidad era utilizado en soldadura de productos alimenticios, tuberías de conducción de agua potable, pasta dentífricas, herbicidas, plaguicidas, en casi todo aunque nada le proporcionó una relación más intima con los seres humanos (de todo el planeta) que su incorporación al combustible de los motores. Ingerido, el plomo se acumula en los huesos y en la sangre. No se excreta del cuerpo y en la atmosfera no se degrada: es para siempre. Las muertes en las fábricas donde se producía el compuesto de marras, fueron muy numerosas pero se taparon o encubrieron con dólares.
A finales de los años 40 del siglo pasado, un geólogo, hijo de una humilde familia de Iowa, llamado Cleir Patterson, se hallaba estudiando unas rocas antiguas tratando datar la edad de la tierra. Usaba un método más fiable que el del carbono 14: el recuento de isótopos de plomo contenidos en las rocas. No obstante, Patterson se encontró con un problema: Las rocas terrestres se hallaban contaminadas.
Tenían 200 veces más plomo del que les correspondía. Además la tectónica de placas hacia muy difícil localizar rocas antiguas que debían ser ígneas y no sedimentarias. Resolvió el problema haciendo las pruebas con restos de un meteorito caído en Australia. En 1953, en una reunión celebrada en Wisconsin, Patterson proclamo una edad definitiva para la tierra de 4.550 millones de años (con un error de mas/menos 70 millones de años). 60 años después, esa edad sigue vigente y ha sido confirmada por otros estudios.
Casi al mismo tiempo Patterson empezó a interesarse por el hecho de que hubiese tanto plomo en la atmosfera. Se quedo asombrado al enterarse de que lo poco que se sabía sobre los efectos del plomo en los seres humanos era erróneo o engañoso… cosa nada sorprendente si tenemos en cuenta que, durante 40 años, todos los estudios sobre los efectos del plomo los han costeado en exclusividad los fabricantes de aditivos de plomo.
Patterson no tardo en comprobar que había muchísimo plomo en la atmosfera (y sigue habiéndolo porque nunca se va) y que aproximadamente un 90% de él, parecía proceder de los tubos de escape de los coches, pero no podía demostrarlo.
Necesitaba un medio de comparar los niveles actuales de plomo con los que había antes de 1923, en que empezó a producirse a escala comercial el plomo tetraetílico. Se le ocurrió que los testigos de hielo podrían darle la solución. Es sabido que en lugares como Groelandia, la nieve se acumula en capas anuales diferenciadas porque las diferencias estacionales de temperatura producen leves cambios de coloración del invierno al verano.
Contando hacia atrás esas capas y midiendo la cuantía de plomo de cada una, podría determinar las concentraciones globales de plomo atmosférico en cualquier periodo a lo largo de centenares y hasta miles de años. La idea se convirtió en base de los estudios de testigos de hielo, en los que se apoya gran parte de investigación climatológica moderna.
Lo que Patterson descubrió fue que antes del 1923 casi no había plomo en la atmosfera y que los niveles de plomo habían ido aumentando constante y peligrosamente desde entonces. A partir de ese momento, hizo de la tarea de conseguir que se retirase el plomo de la gasolina la tarea de su vida. Para ello se convirtió en un crítico impecable de industria del plomo y sus intereses. Fue una campaña infernal. Ethil era una empresa mundial poderosa con muchos amigos en puestos elevados. Perseguido, calumniado, acosado, Patterson se mantuvo firme y finalmente, gracias a sus esfuerzos, se aprobó la Ley del Aire Limpio de 1970 y acabaría consiguiendo que se retirase del mercado toda la gasolina plomada en 1986. Aunque menos, la Ethil sigue vendiendo aun su gasolina a otros países. Y también se quito el plomo de la pintura y en 1993 la soldadura de plomo.
Clair Patterson murió en 1995. No gano el premio Nobel. Los geólogos nunca lo ganan. La mayoría de sus trabajos pasaron sin pena ni gloria. Los textos de geología apenas lo mencionan pese a ser el geólogo más influyente del siglo XX. Lo cierto es que tras 1993, la tasa de plomo de los estadounidenses bajo un 80% (pese a ello tenemos 625 mas plomo que antes de 1923).
Que sabemos la edad de la Tierra y que esta es hoy más segura gracias a Patterson.
El plomo se encuentra normalmente en la naturaleza, por sus propiedades ha sido utilizado ampliamente en la industria como ingrediente de pinturas y esmaltes de alfarería y cerámica, barnices, producción de baterías, aislante de cables eléctricos, soldadura, cañerías, naftas (combustible, gasolina), medicamentos, municiones y hasta cosméticos. Las fuentes principales de exposición están constituidas por aditivos de naftas, pinturas, latas de alimentos, cerámica, agua de bebida provista por cañerías de plomo y medicamentos folclóricos.
En el niño la vía oral constituye la más frecuente vía de absorción, la cual se ve modificada por factores de la dieta: aumentada en casos de deficiencia de hierro y calcio, o con la ingesta grasa. La absorción pulmonar varía con la forma (vapor o partículas) y con la concentración inhalada.
Mercurio
En 1953 en la pequeña ciudad de Minamata (puerto pesquero del Japón) empezaron a producirse extraños fenómenos; aves marinas que caían muertas, gatos enloquecidos que se arrojaban al mar y una epidemia de graves problemas neurológicos en personas (mas tarde canceres)…
Algo más tarde se supo que el mercurio volatilizado e inhalado por la nariz o la boca traspasaba la barrera hematoencefálica y se alojaba en el tejido neuronal del cerebro… produciendo esos síntomas, La fabrica Chisso Corporation, llevaba vertiendo distintos productos tóxicos en la bahía Yatsushico en donde se ubicaba el susodicho pueblo…
El mercurio forma una pareja favorita con el azufre (los químicos lo denominan “afinidad”) y de hecho, así se lo encuentra mayoritariamente en la naturaleza: el cinabrio, un sulfuro de mercurio.
La Chiso Corporation vertía a las aguas de esa bahía una temible toxina: el metil mercurio, que se incorporaba al plantón, de este a los peces y de este a los hombres y animales. De ahí la enfermedad. Hubo numerosos abastos, malformaciones congénitas, etc. Lo mismo – por idénticas causas – empezó a suceder en ciertas zonas de EEUU donde hubo que suspender la pesca. Y para no extendernos en exceso, basta con detallar el ciclo del mercurio que desde su emisión hasta que lo consumimos, sufre transformaciones que aumentan su toxicidad.
1.- Emisiones industriales
La actividad fuente de emisión de mercurio (4.200 tm por año) que se volatiliza a la atmosfera, se vierte al mar o se filtra por el suelo. La combustión de petróleo (2.500 tm por año), las emisiones industriales (400 tm/año), las plantas de tratamientos de residuos (1.500 tm/año), los incineradores hospitalarios (70 tm/año) y las plantas de aguas residuales (10 tm/año), están en el origen del problema.
2.- En la Atmósfera
Una vez emitido al aire, el vapor de mercurio se concentra en las nubes. También contribuyen a esta acumulación las fuentes naturales o geológicas de mercurio (2.200 tm/año), como volcanes o géiseres. Este vapor de mercurio cae de nuevo sobre la tierra o el agua con la lluvia o a través de deposiciones secas.
3.- En el Agua.
Determinadas bacterias descomponen el mercurio lo convierten en uno de sus derivados tóxicos. Entonces pasa a formar parte de la cadena trófica: desde el placton a los peces más pequeños, y de estos a los mayores, con el añadido de que, en cada eslabón de esta cadena, el mercurio se va concentrando en mayores cantidades.
4.- Consumo humano.
Algunos peces acumulan más mercurio que otros, como el atún, el pez espada y algunos tiburones. Al consumirlos, su grado de contaminación pasa íntegramente al organismo humano, afectando a la salud.
Hay igual cantidad de mercurio en la atmósfera de Maniatan que en el Amazonas. Los vientos se encargan de dispersarlo y homogeneizarlo a escala planetaria. Sin olvidar que el mercurio está presente en pilas, termostatos, medicinas, fungicidas y pesticidas, etc. Su erradicación pasa por limitar las emisiones industriales, técnicamente es posible pero falta voluntad política.
El mercurio se presenta líquido a la temperatura ambiente. Es muy volátil. Al transformarse en metilmercurio (neurotóxico potente) penetra en la cadena trófica y se bioacumula. De los peces, el atún y el pez espada tienen una especial facilidad para absorberlo.
Una persona absorbe en su vida unos 0,4 gramos, dosis unas mil veces menor que la que originó, entre 1950 y 1960, el desastre de la Bahía de Minamata y Nigata (Japón), al ingerir pescado con altos niveles metilmercurio.
El mercurio se utiliza en la industria para la manufactura de equipos eléctricos y científicos como baterías, lámparas, bombillas de bajo consumo (halogenas) termómetros, barómetros, etc. Su uso en pesticidas, conservadores de semillas, pinturas y cosméticos se han restringido en algunos países, pero muchas compañías aún lo utilizan. Las centrales térmicas en base a carbón constituyen otra de las fuentes de contaminación.
Nunca desaparece del ambiente; la contaminación actual será un problema futuro. Existe urgencia por reducir los crecientes daños producidos por la contaminación industrial con mercurio. Sin embargo, aún se tardarán algunos años en conseguir el desarrollo de una estrategia integral para controlar totalmente los principales contaminantes atmosféricos generados por la generación eléctrica.
Se ha comprobado que cuando eliminamos el mercurio del cuerpo, los otros metales tóxicos también se van, debido a la liberación del transporte axional en las células nerviosas.
Dentro de estas células nerviosas, el mercurio es responsable de la destrucción parcial de los microtúbulos, inhibiendo así el transporte axional adecuado y por tanto la eliminación de neurotoxinas y otros residuos. Esto provoca cambios emocionales (sistema límbico), perturbación del sistema auditivo y visual y otros síntomas del sistema nervioso, no siempre atribuibles al mercurio mismo. En el espacio intracelular el mercurio provoca daños en las mitocondrias, nuestras fábricas de energía (fatiga).
En estudios de Vimy y Lorscheider se podía comprobar que los microorganismos que están constantemente en contacto con el mercurio en la boca, no solo desarrollan resistencia contra el mismo, sino también contra antibióticos. Los mecanismos de cómo funciona este proceso no se conocen todavía. Además estos microorganismos desprenden plásmidos, ADN extracelular, que sale al aire mediante la expiración, produciendo la misma resistencia en otros seres vivos.
El traspaso de mercurio de la madre al feto y bebé provoca retraso en el crecimiento del tejido nervioso, un cerebro más pequeño, menor peso corporal y un sistema inmunitario incompleto. Esto significa que el potencial genético de los bebes, que crecen bajo estas condiciones, tiene menos posibilidades de evolucionar (relación con el autismo).
Gracias a los métodos de desintoxicación este retraso se puede recuperar en el primer año de vida.
Entre los científicos que se dedican a estos temas, existe la hipótesis de que muchos canceres y enfermedades infecciosas son un intento del cuerpo de inmovilizar las neurotoxinas que todos tenemos en el cuerpo (Yoshiaki Omura). En el centro de muchos tumores se han detectado concentraciones elevadas de neurotoxinas, especialmente mercurio. También enfermedades provocadas por streptococcus, staphylococcus, cándida y herpes están relacionadas con la intoxicación por metales pesados. Parece que muchas curaciones o mejoras de estas patologías a través de la desintoxicación de metales pesados están corroborando estas afirmaciones. Por eso quiero tratar especialmente el mercurio, que además es el tóxico más estudiado.
PRINCIPALES FUENTES DE LOS METALES PESADOS
.- El pescado y marisco (a causa de la contaminación de los mares), sobre todo grandes peces depredadores porque lo acumulan de los más pequeños de los que se alimentan (atún, orca, tiburón, pez espada, emperador…).
.- Los insecticidas (normalmente contienen uno o dos metales pesados, que pasan a la cadena alimentaría).
.- El agua “potable” (tenemos que suponer que todo el agua contiene tóxicos, a menos que se haya comprobado mediante análisis lo contrario).
.- Medicamentos (especialmente las vacunas y los que regulan la alta presión sanguínea).
.- Aire contaminado por la industria (especialmente centrales térmicas de carbón e industria del cloro).
.- Crematorios y automóviles (por la tecnología de combustión).
.- Traspaso de la madre al feto a través de la placenta, y al bebe a través de la leche materna por procesos hormonales. Mediante estos procesos la madre traspasa del 40 al 60% de su carga al bebe.
.- Empastes dentales, es la entrada de mayor cantidad metales pesados en nuestro cuerpo. Las amalgamas usadas contienen normalmente un 50% de mercurio.
La agricultura convencional se basa en una alta utilización de agroquímicos, como fertilizantes conteniendo fosfatos. Los fertilizantes de fósforo orgánico convencional pueden generar una inadvertida adición de metales pesados, contenidos como impurezas. Se analizaron los fertilizantes más usados, para determinar las concentraciones de cromo, cadmio, cobre, zinc, níquel y plomo. Los mayores niveles de cadmio y zinc se registraron en fosfato; el cromo en fosfato de amonio, y cobre y plomo en una muestra superfosfatada. Los menores niveles de metales pesados se registraron en urea fosfato.
Las concentraciones de metales pesados variaron considerablemente y los niveles de cadmio y fósforo en algunos materiales analizados fueron significativamente más altos que los presentes naturalmente en el suelo. La fertilización continua de los suelos puede aumentar los contenidos excedentes de metales pesados en los suelos, y transferir esos metales a la cadena alimentaria humana.
Se determinó la concentración de cadmio y plomo en algunas especies de algas. Se eligieron dos áreas de muestreo: una localidad influenciada por una ciudad industrial en desarrollo, y un área tradicional de explotación ictícola. Se recolectaron especies del género Lessonia, Macrocystis y Gigartina, todas de interés comercial. Los análisis mostraron bajos niveles de metales en esas especies. La acumulación de plomo y cadmio fue también evidente en otras algas marinas del área industrial. Se incluyó también la búsqueda de aluminio, debido a la presencia de una planta cerca de uno de los sitios de muestreo. Se registraron altos valores de éste metal, en el rango de 300 a 3000 mg Al/kg (base seca) en ése área. De las especies estudiadas, la Colpomenia sinuosa de Golfo Nuevo exhibió los mayores niveles de aluminio.
Como entra y donde se deposita el mercurio en el cuerpo
El mercurio es el único metal volátil, así es absorbido por los pulmones y la piel. Del inhalado el cuerpo absorbe un 82%, depositándose gran parte en el sistema nervioso, mientras que el comido sólo se acumula cerca del 7%, por ello la inhalación es la fuente más peligrosa.
Se sabe que después de comer, el nivel de mercurio en sangre, sube en las personas que tienen empastes con amalgamas, porque se liberan iones de mercurio. Éstos primero son absorbidos por la saliva y a través del sistema digestivo llegan a la sangre, donde pueden ser medidos. Si esta saliva fuese agua estaría prohibido su consumo.
Muchas veces, por lo menos 2 horas después de comer, personas con 8 empastes tienen de 100 a 200 veces más mercurio en el aire de exhalación de lo que está permitido en instalaciones industriales. Estos vapores se ingieren parcialmente a través de las vías respiratorias.
Así también pasa a la circulación sanguínea, donde se transforma una parte del vapor de mercurio en óxido de mercurio, forma de mercurio aún más tóxica que el vapor. Y puesto que órganos como el hígado, bilis, corazón y riñón trabajan como filtro sanguíneo, es aquí donde se almacena principalmente, provocando diferentes alteraciones en ellos.
Además los vapores de mercurio traspasan sin dificultad la barrera hematoencefálica, llegando al cerebro, perturbando en su camino esta barrera, lo que facilita la entrada de otras toxinas, que normalmente no pueden entrar. Estas toxinas provocan síntomas propios que no tienen que ver con la intoxicación por mercurio, pero que éste facilita indirectamente. Casi todas las enfermedades del sistema nervioso conocidas, no están provocadas primariamente por el mercurio en el cerebro, sino por los venenos e infecciones secundarias que llegan al cerebro, por la defectuosa barrera hematoencefálica. Eso quiere decir que para tratar enfermedades neurológicas es imprescindible quitar el mercurio, para estabilizar el funcionamiento de la barrera hematoencefálica, inhibiendo así la entrada de sustancias patógenas.
En unos estudios se pusieron empastes marcados con sustancias radiactivas a ovejas y monos, para comprobar donde se queda el mercurio. Después de 4 semanas se encontró este metal en riñones, hígado, glándulas renales, tubo digestivo, hipotálamo, hipófisis, sistema límbico, tiroides, ganglios espinales, médula espinal y cerebro. Después de 6 meses el funcionamiento de los riñones se había reducido en un 60%. Un año más tarde no se había reducido la carga de mercurio, al contrario, esta había aumentado. Después de quitar los empastes tampoco se redujo la cantidad. Esto significa: una vez envenenado siempre envenenado.
Cuando masticamos se desprenden partículas de amalgama en su forma metálica, todavía poco inocua, que se tragan. La flora intestinal natural transforma estas partículas y el vapor de mercurio en la forma más peligrosa del metal: mercurio metílico (50 veces más venenoso). Este proceso se llama metilación.
Numerosos experimentos y estudios confirman este proceso; aun así es desmentido por muchos dentistas y odontólogos.
Desde el intestino pasa el mercurio metílico a la circulación sanguínea y finalmente a órganos y sistema nervioso. También mucho mercurio se fija en huesos y articulaciones.
El mercurio se difunde también a través de las encías, raíces dentales y la mandíbula hasta el sistema nervioso central y el cerebro (en 48 horas). El nervio Trigémino de muertos con empastes está lleno de mercurio, plata y estaño (provoca el rechinamiento de los dientes).
ENFERMEDADES PRODUCIDAS O RELACIONADAS CON EL MERCURIO
El reconocido profesor de química doctor Alfred Stock, director del instituto Max-Planck de Berlín, demostró experimentalmente que el mercurio se sale de los empastes de amalgama y puede ser acogido por el cuerpo. Dijo:
“No hay ninguna duda de que muchos síntomas, entre ellos fatiga, depresión, irritabilidad, vértigo, amnesia, inflamación bucal, diarrea, inapetencia, catarros crónicos (inflamación de mucosa) son muchas veces ocasionados por el mercurio, al que el cuerpo está expuesto por sus empastes de amalgama, en cantidades pequeñas pero continuas.
Los médicos deben prestar seria atención a este hecho. Entonces, probablemente se compruebe que el uso despreocupado de la amalgama como empaste dental ha sido un delito grave contra la humanidad”
Los siguientes síntomas están extraídos del libro: Mercury and his effects on enviroment and biology. Astrid y Helmut Sigel.
EFECTOS PSÍQUICOS:
Adicciones, Alzheimer (Hg. + Al), ansiedad, autismo, depresión, dislexia, disminución de la capacidad de reacción, epilepsia, esclerosis múltiple, excitabilidad, falta de energía, falta de estímulos, hiperactividad en niños, indecisión, inestabilidad emocional, negatividad, nerviosismo, Parkinson, pasividad, perturbación del sueño, pérdida de confianza en sí mismo, pérdida de memoria, síndrome de cansancio crónico, tendencia suicida, timidez , vértigo,…
EFECTOS FÍSICOS:
alergias, algias crónicas, alopecia, anemia, arritmia cardiaca, artritis, asma, cáncer, cándida, cefalea, ciática, colesterolhemia, colitis, Crohn, debilidad del sistema inmunológico, dolores articulares y de espalda, eczema, enfermedades estomacales, intestinales y en glándulas suprarrenales, enfermedades virales y hongos, entumecimiento, estreñimiento, frío de manos y pies, funcionamiento limitado de hígado y riñones, glaucoma, herpes (no hay sin Hg.), hipertensión, impotencia, lumbago, lupus, neurodermitis, palpitaciones de la boca, pérdida de apetito, peso alto o bajo, perturbaciones de la fertilidad, perturbaciones hormonales y en tiroides, problemas de audición y visión, rechinamiento de dientes, resistencia a antibióticos, reuma, sabor metálico en la boca, sangrado de encías, sensibilidad a comestibles, sudor durante la noche, susceptibilidad a infecciones, temblor de manos, transpiración abundante, úlceras bucales…
El Dr. Klinghardt aconseja vivir en sitios donde hay poca o nula radiación (donde los móviles no tienen cobertura), en caso de enfermedades provocadas por metales pesados, porque funcionan como antenas para la contaminación electromagnética.
DIAGNOSIS Y DESINTOXICACIÓN
La cantidad de mercurio en el cuerpo no puede medirse mediante análisis de sangre o de pelos. El mercurio se fija rápidamente en diferentes partes de nuestro organismo y ahí queda, no es evacuado espontáneamente. Por ello 6 semanas después de poner empastes de amalgama, los niveles de este metal producidos por este tratamiento han desaparecido casi por completo y no se ven elevadas cantidades ni en heces, orina, sangre o pelos.
Para medir el mercurio es necesario utilizar sustancias que lo movilizan y echan del cuerpo. Para esta tarea sirven algunos fármacos como el DMSA y el DMPS, los cuales movilizan y echan grandes cantidades de metales pesados de diferentes partes del cuerpo a través de la orina. La gran desventaja son los efectos secundarios de estos fármacos y que sólo sueltan los metales pesados de los tejidos, pero no del sistema nervioso. Además existe el gran peligro de la reabsorción, porque estos fármacos liberan más toxinas que las que echan del cuerpo.
En la desintoxicación con remedios naturales se utiliza el alga chlorella, el cilantro, el ajo silvestre y alguna fórmula de plantas depurativas de las existentes en el apartado de Fitoterapia. Tomando estos remedios se pueden medir las toxinas en las heces, porque los metales pesados pasan de los tejidos a la sangre; antes de ser absorbidos por la chlorella, se pueden detectar en ella y en los pelos. Para eliminarlos del sistema nervioso, recomendamos técnicas energéticas que Armonicen desde el punto de vista del Timo, y no desde el sistema inmunológico.
Para diagnosticar el envenenamiento por metales pesados es conveniente un historial de las personas, teniendo especial atención con el número de empastes, ahora o antes (también de la madre), el consumo de pescados e influencias ambientales como tener la residencia cerca de industrias contaminantes. También los síntomas arriba mencionados, como la disminución de la memoria a corto plazo, indican una posible intoxicación por metales pesados. Especialmente el nivel de colesterol se ve elevado cuando el cuerpo trata con mercurio.
Otra posibilidad de diagnóstico nos la da la Kinesiología, Radiestesia...
- La chlorella tiene 2 efectos: moviliza metales pesados, radioactivos y otras toxinas, como la dioxina, especialmente en los espacios extracelulares, para echarlas del cuerpo con las heces.
- El cilantro moviliza muchos tóxicos del espacio intracelular, especialmente de las células nerviosas y huesos. Estudios recientes con animales demuestran que el cilantro efectúa una movilización rápida de aluminio y plomo del cerebro y del esqueleto, superior a cualquier otro remedio. Aunque el animal fue envenenado constantemente con aluminio, el contenido de este metal en los huesos disminuía significativamente durante el periodo de observación.
Para la eliminación de las toxinas movilizadas por el cilantro es imprescindible tomar también chlorella, en cantidades suficientes para inhibir la reabsorción de las sustancias liberadas.
- El ajo silvestre protege las células rojas y blancas de la sangre contra daños por oxidación, producidos por los metales pesados en su camino hacia fuera. También tiene propiedades de desintoxicación y contiene el mineral más importante en la protección contra la toxicidad del mercurio, el selenio bioactivo. Es muy importante dosificar estos productos correctamente para inhibir la reabsorción de las toxinas, que puede producir un empeoramiento de las diferentes patologías.
- El aceite de pescado repara los daños producidos por las toxinas en el sistema nervioso; es necesario tomarlo en cantidades suficientes.
- Formula de plantas depurativas, que regulen la función del hígado (eliminando grasa, colesterol), y de los riñones, así también combinadas con irrigaciones intestinales. De esta forma facilitamos la expulsión de dichas sustancias del organismo una vez movilizadas, impidiendo su reabsorción por acumulación intestinal. Dichos tóxicos se acumulan en el tejido adiposo, por lo que al eliminarlo, también estamos desintoxicándonos de sustancias toxicas para el organismo, además de los metales pesados.
.- Tratamiento Armonico-Energetico, de esta manera, facilitamos la oxigenación de las células, al mismo tiempo que la conductividad eléctrica de estas, provocando la sensación de que todo está funcionando correctamente, con un PH equilibrado.
Advertencia: Solo hay que usar chlorella y aceite de pescado libres de toxinas (garantizado por el productor).Este artículo solo es informativo, no sustituye consultas médicas.